La economía mexicana mantiene crecimiento en julio, pero persisten dudas sobre el futuro

La economía de México registró un crecimiento mensual del 0.6% en julio, según datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) la mañana de este lunes. Este avance marca tres meses consecutivos de crecimiento, lo que algunos consideran una señal de recuperación a corto plazo, pero las proyecciones para el futuro inmediato siguen siendo inciertas.

El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que ofrece una visión amplia sobre el comportamiento de la economía del país, mostró un incremento en su variación mensual, consolidando una racha de avances que comenzó en mayo. En comparación con el mismo mes del año pasado, el IGAE registró un aumento del 2%, lo que refuerza la perspectiva de que, aunque moderada, la economía ha tenido un comportamiento positivo en términos interanuales.

Sectores productivos muestran resultados mixtos

Al observar los detalles del reporte del Inegi, se puede apreciar que las actividades económicas primarias, que incluyen la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, experimentaron un incremento significativo del 11.6% respecto al mes anterior. Este crecimiento podría estar relacionado con una combinación de factores estacionales y mejores condiciones climáticas, que favorecieron la producción agrícola en diversas regiones del país.

Por su parte, las actividades secundarias, que abarcan la industria manufacturera, la minería, la construcción y la generación de electricidad, crecieron un 0.2% en comparación con junio. Aunque el avance fue modesto, algunos analistas consideran que este sector podría enfrentarse a mayores desafíos en los próximos meses debido a las presiones inflacionarias y los costos de producción, lo que podría frenar su crecimiento.

El sector terciario, que agrupa las actividades relacionadas con los servicios, tuvo un aumento del 0.4%. Aunque este sector ha mostrado estabilidad, las expectativas para el último trimestre del año podrían verse afectadas por la incertidumbre política y los cambios en la administración federal.

Ajustes a las expectativas de crecimiento

En las últimas semanas, diversos organismos e instituciones han ajustado a la baja sus proyecciones de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) de México, reflejando una cautela generalizada sobre el desempeño económico en la segunda mitad de 2024 y los años venideros. Entre las razones detrás de estos ajustes están los resultados económicos de los primeros seis meses del año y el contexto político que se avecina con la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta el próximo 1 de octubre.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) anunció recientemente que ha reducido su pronóstico de crecimiento del PIB para el 2024 de 1.7% a 1.5%. Además, ajustó sus expectativas para el primer año del nuevo gobierno, recortando la cifra de 1.5% a 1.3%. El presidente del IMEF, José Domingo Figueroa Palacios, advirtió sobre los riesgos económicos a largo plazo si se continúa con la agenda de reformas constitucionales, especialmente aquellas que afectan la independencia de los organismos autónomos y las relaciones comerciales internacionales, como la posible salida de México del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

«De continuar con las reformas constitucionales, particularmente la desaparición de los organismos autónomos y la amenaza a la permanencia de México en el T-MEC, podría seguir desacelerándose el crecimiento económico de forma importante en los siguientes meses, al punto de tener crecimiento nulo o incluso negativo en 2025», comentó Figueroa Palacios.

Optimismo frente a la cautela

A pesar de estas perspectivas menos favorables, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), encabezada por Rogelio Ramírez de la O, mantiene una visión más optimista sobre el desempeño económico del país. La SHCP sostiene su estimación de crecimiento anual del 3%, una proyección que ha sido catalogada por algunos expertos como demasiado optimista dado el entorno actual.

Ramírez de la O ha defendido la postura de la SHCP, argumentando que las reformas estructurales y los planes de inversión pública establecidos por la administración actual sentarán las bases para un crecimiento sostenible en el largo plazo. Según el secretario, la economía mexicana cuenta con «fundamentos sólidos» que la protegerán ante posibles fluctuaciones en el contexto global, como la desaceleración económica en Estados Unidos o la volatilidad en los precios internacionales de las materias primas.

No obstante, muchos analistas se mantienen escépticos, señalando que los desafíos estructurales, como la inseguridad, la falta de inversión privada y las tensiones políticas, podrían poner freno al optimismo gubernamental. A medida que se acerca el cambio de administración, el rumbo que tome la economía mexicana dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen en los primeros meses de gobierno.

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